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_defender suave o ferozmente mi individualidad.
_no depender emocionalmente.
_trabajar en relación de dependencia me hace sentir un león enjaulado.
_trabajar de manera independiente por momentos se asemeja a estar parado en el samba del italpark.
_el sentido común es un gran valor.
_seguir contra viento y marea mis deseos.
_los extremos no son lugares donde me guste habitar.
_recibir apoyo no es signo de debilidad.
_el marketing ayuda.
_el flirt ayuda.
_las tetas ayudan.
_aceptar una vida posmoderna gobernada por una sensibilidad victoriana.
_mis intuiciones saben más que yo.
_todo ese quilombo valió la pena.
_parecerme cada vez más a mí.
_después de 10 años de pelo corto, quiero el pelo largo.
_proyecto a largo plazo duele pero rinde.
_las mariposas en la panza son buena señal.
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domingo, 25 de noviembre de 2007
domingo, 18 de noviembre de 2007
De comedere
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Luego de esperar 2 horas por reloj las hamburguesas, ensaladas y papas el sábado por la noche en Mundo Bizarro con Betina y La Otra, y soportar el pésimo servicio y atención de los mozos, la conclusión fue:
"Se nota que ésta gente no leyó la Biblia, evidentemente desconocen el capítulo sobre las vacas flacas y las vacas gordas."
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Luego de esperar 2 horas por reloj las hamburguesas, ensaladas y papas el sábado por la noche en Mundo Bizarro con Betina y La Otra, y soportar el pésimo servicio y atención de los mozos, la conclusión fue:
"Se nota que ésta gente no leyó la Biblia, evidentemente desconocen el capítulo sobre las vacas flacas y las vacas gordas."
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citas,
misceláneas
willkommen / welcome / bienvenido
martes, 13 de noviembre de 2007
sábado, 10 de noviembre de 2007
Desperate housewife
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Nos había quedado un dinero a favor en uno de estos negocios que venden electrodomésticos y decidimos que era hora de comprar un lavarropas. La idea de un lavarropas en nuestra casa era algo similar a la sensación de invitar a convivir con nosotros a un ser intergaláctico, estrambótico, lleno de botoncitos, que haría de nuestro paisaje un mundo extraño pero una vida mejor: no íbamos a tener que ir y venir más de la tintorería.
Así fue que, pese a la distante relación que manteníamos con este tipo de artefactos, decidimos llevárnoslo y colocarlo en el patio.
Al principio nadie se hacía cargo; B no lo estrenaba, yo hacía como que juntaba la ropa para hacer un lavado pero no me animaba a encenderlo, B no tocaba el tema y yo tampoco. Nos la pasamos casi un mes sin prender el lavarropas.
Hasta que un día, un día cualquiera, de la nada y sin previo aviso, B metió toda su ropa en la máquina y la puso a funcionar. Salió perfecto. Esto ya era para mí un signo claro de que finalmente podría lavar mi ropa, B había dado el primer paso y ahora el camino estaba alumbrado.
Me animé. Metí toda la ropa de color y le eché ese jabón en polvo que fortalece los colores vivos que tiene un logo con un arco iris multicolor, casi fluorescente. Al apretar el botón de arranque, me tranquilicé imaginando el sonido del chorro de agua cayendo por el tambor, humedeciendo de a poco la ropa. Una escena pacífica de una mujer lavando su ropa en el simpático y acogedor departamento que compartía con su novio. Pero el botón no encendió y el lavarropas no arrancó. Probé veinte veces más, lo llamé a B al borde de un ataque de nervios preocupada porque el lavarropas se había roto en el segundo lavado de su vida. Me dijo que llame urgente a la garantía y que lo vengan a mirar. No podía ser que un lavarropas se rompiera apenas estrenado.
Finalmente el señor del service vino a casa y revisó al aparato. Rápidamente desenchufó el lavarropas y lo volvió a enchufar en el enchufe de al lado.
La máquina volvió a funcionar.
-Señora, el lavarropas funciona, lo que no funciona es el enchufe.
Me sentí muy avergonzada. De la vergüenza le pagué aunque no había que pagarle nada, por la molestia de haber venido de urgencia a cambiar de enchufe el lavarropas.
Yo qué sabía de máquinas, baja espuma, cables, botones, programados. Yo lo que quería era quedarme en el living dibujando y haciendo collages con mis cartulinas.
B decía: “Ay, ella deja todo desordenado porque es una artisssstaaaaaa”
Y sí, dejaba papelitos de colores por toda la casa y tenía serios problemas de relación con las máquinas de nuestro hogar. Cuando intentaba muy esporádicamente cocinar, los fideos se quemaban, se incendiaba alguna olla, si colgaba la ropa se volaba, si lavaba los platos se caían...
No me habré avivado de desenchufar el lavarropas y probar en otro enchufe, pero lo que B nunca notó hasta el día que nos fuimos a vivir juntos, es que yo nunca sería una buena ama de casa.
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Nos había quedado un dinero a favor en uno de estos negocios que venden electrodomésticos y decidimos que era hora de comprar un lavarropas. La idea de un lavarropas en nuestra casa era algo similar a la sensación de invitar a convivir con nosotros a un ser intergaláctico, estrambótico, lleno de botoncitos, que haría de nuestro paisaje un mundo extraño pero una vida mejor: no íbamos a tener que ir y venir más de la tintorería.
Así fue que, pese a la distante relación que manteníamos con este tipo de artefactos, decidimos llevárnoslo y colocarlo en el patio.
Al principio nadie se hacía cargo; B no lo estrenaba, yo hacía como que juntaba la ropa para hacer un lavado pero no me animaba a encenderlo, B no tocaba el tema y yo tampoco. Nos la pasamos casi un mes sin prender el lavarropas.
Hasta que un día, un día cualquiera, de la nada y sin previo aviso, B metió toda su ropa en la máquina y la puso a funcionar. Salió perfecto. Esto ya era para mí un signo claro de que finalmente podría lavar mi ropa, B había dado el primer paso y ahora el camino estaba alumbrado.
Me animé. Metí toda la ropa de color y le eché ese jabón en polvo que fortalece los colores vivos que tiene un logo con un arco iris multicolor, casi fluorescente. Al apretar el botón de arranque, me tranquilicé imaginando el sonido del chorro de agua cayendo por el tambor, humedeciendo de a poco la ropa. Una escena pacífica de una mujer lavando su ropa en el simpático y acogedor departamento que compartía con su novio. Pero el botón no encendió y el lavarropas no arrancó. Probé veinte veces más, lo llamé a B al borde de un ataque de nervios preocupada porque el lavarropas se había roto en el segundo lavado de su vida. Me dijo que llame urgente a la garantía y que lo vengan a mirar. No podía ser que un lavarropas se rompiera apenas estrenado.
Finalmente el señor del service vino a casa y revisó al aparato. Rápidamente desenchufó el lavarropas y lo volvió a enchufar en el enchufe de al lado.
La máquina volvió a funcionar.
-Señora, el lavarropas funciona, lo que no funciona es el enchufe.
Me sentí muy avergonzada. De la vergüenza le pagué aunque no había que pagarle nada, por la molestia de haber venido de urgencia a cambiar de enchufe el lavarropas.
Yo qué sabía de máquinas, baja espuma, cables, botones, programados. Yo lo que quería era quedarme en el living dibujando y haciendo collages con mis cartulinas.
B decía: “Ay, ella deja todo desordenado porque es una artisssstaaaaaa”
Y sí, dejaba papelitos de colores por toda la casa y tenía serios problemas de relación con las máquinas de nuestro hogar. Cuando intentaba muy esporádicamente cocinar, los fideos se quemaban, se incendiaba alguna olla, si colgaba la ropa se volaba, si lavaba los platos se caían...
No me habré avivado de desenchufar el lavarropas y probar en otro enchufe, pero lo que B nunca notó hasta el día que nos fuimos a vivir juntos, es que yo nunca sería una buena ama de casa.
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sábado, 3 de noviembre de 2007
happiness is a rare cocktail
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tan desatendido tengo a mi blog de poemas que recién hoy me puse a mirar los mensajes de pálidos y encontré este mensaje en "me parece que me caigo".
"Jose Maria dijo...
Buscaba la version de happiness is a warm gun de Tori Amos y google me llevo a tus poemas... alli quede enganchado en la madrugada de Madrid...inventandome una chica argentina con tres blogs:inteligencia ,ironia sentimientos... raro cocktail... en mi ventana tu lluvia de estrellas"
ps. sí, estoy trabajando duro para mi narcisismo, así no me caigo.
(me gusta cuando las palabras se suman con voces ajenas y me deja asociar libre.
me parece que me caigo
ironía
happiness is a warm gun
sentimientos
madrugada
narcisismo)
"She's not a girl who misses much..."
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tan desatendido tengo a mi blog de poemas que recién hoy me puse a mirar los mensajes de pálidos y encontré este mensaje en "me parece que me caigo".
"Jose Maria dijo...
Buscaba la version de happiness is a warm gun de Tori Amos y google me llevo a tus poemas... alli quede enganchado en la madrugada de Madrid...inventandome una chica argentina con tres blogs:inteligencia ,ironia sentimientos... raro cocktail... en mi ventana tu lluvia de estrellas"
ps. sí, estoy trabajando duro para mi narcisismo, así no me caigo.
(me gusta cuando las palabras se suman con voces ajenas y me deja asociar libre.
me parece que me caigo
ironía
happiness is a warm gun
sentimientos
madrugada
narcisismo)
"She's not a girl who misses much..."
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