lunes, 26 de mayo de 2014

El paraíso

El bebé miraba a cada mujer que entraba. Luego volvía a mirar a las que estaban más cerca, las que se desvestían a un metro de él. Observaba cómo se desabrochaban el corpiño y se subían la malla. Se reía. Por todos lados, mujeres que iban y venían, desnudas, semidesnudas, en malla, en remera, en toalla. Entraban, salían. Cada una de ellas reparaba en él. Le sonreían. Algunas, incluso, le hablaban, lo festejaban. Su mamá también se estaba preparando para ir a la pileta con él. Era impresionante lo bien que se portaba. Cómo se reía. Su cabecita monitoreaba todo lo que pasaba en el vestuario. Toda esa diversión antes de entrar al agua era para él el paraíso de la teta.