martes, 24 de febrero de 2009

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pensé en las canciones felices de la infancia,
en su efectividad
para recordar.
cerré las ventanas: un espacio vacío.
recordé
un viejo cuento de un marinero niño
que iba a pescar
todos los días. imaginé
las redes y
los peces de colores bailando su muerte, miré
alrededor de mi habitación
a oscuras
una cama y yo
dije tu nombre y
me dormí en el mar.
.

3 comentarios:

Mariana Soffer dijo...

La paz que provee conectarse con las propias emociones desde un lugar indicado.

julieta eme dijo...

me encantaron las dos últimas líneas. algunos nombres tienen efectos poderosos.

beso.

Fer dijo...

qué tristeza desprende el poema, pero qué emoción también, reparadora... hermoso