_
sábado. fiesta. no conocemos a nadie. esperamos unas horas a que la gente se emborrache un poco.
subimos a la terraza, preciosa terraza en caballito. cerca de las 6 am, mi amiga a. y su última conquista (por última me refiero a 2 horas), se van al castillo de goma inflable que hay en el fondo de la terraza, se acuestan, y miran juntos el cielo amanecer, mientras rebotan suavemente en el plástico inflado.
en eso llega el dueño de casa:
_chicos, ¿me permiten desinflar el castillo que me voy a dormir?
... y así terminó la noche de mi amiga a. y su última conquista.
1 comentario:
El relato no deja dudas: siempre es mejor un castillo lleno de aire (aunque te lo desinflen) que un castillo EN el aire.
Publicar un comentario