domingo, 15 de julio de 2007

La gimnasta que no fui

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Nadia Comaneci era nuestra heroína. Así nos enseñaban a las niñas que entrenábamos en el Club Hogar Hispano de Caracas. Se ve que mamá y papá querían una hija atleta porque si hay algo que está asociado a mi infancia y mi venezolanidad es el deporte, el entrenamiento y el baile. Clases de ballet clásico. Aún recuerdo la vez que mamá me llevó a comprar los zapatitos esos de danza clásica que tienen la punta metálica para pararse en puntas de pie. La barra larga frente al espejo y el un, dos tres, un dos tres. Después estaban las clases de gimnasia rítmica, las de gimnasia deportiva y las de gimnasia artística. El entrenamiento de patinaje sobre ruedas y las coreografías de danza moderna de fin de año. Y tampoco faltaron las competencias de natación. Incluso en alguno de los colegios a los que asistí tuvimos clases de mambo para la muestra de finalización de clases. Para cada deporte y baile hay una anécdota. Está la de Esmeralda, mi compañerita colombiana de gimnasia deportiva, que una vez en una clase quiso mostrarme lo flexible que podía llegar a ser mi espalda y me dobló tanto que pegué unos de esos gritos que me caracterizan y que alguna vez incluso salvaron mi vida (la de la vez que me persiguió un ciclista violador a la una de la mañana y lo espanté con un agudísimo Aaaaaaaaaaaaaaaaaaa). Las que más me gustaban eran la gimnasia artística y la rítmica que consistían en coreografías de la mano del aro tipo hula-hula o del lazo.


(gimnasia con aro)


(gimnasia con lazo)

La deportiva también me gustaba pero no me animaba a hacer el flic flac, que es una voltereta por el aire sin apoyo de manos ni pies. Sí podía caminar haciendo la vertical, hacía la medialuna (que en Venezuela se dice "la estrella") amaba hacer el rondó y haciendo el puente era un as. Para las competencias de nado andaba bien. Sólo que la vez que gané, el jurado se distrajo y me anotó como tercer lugar. Obvio que mamá después fue a pelear con el jurado, y a pesar que corrigieron el error en las actas ya era demasiado tarde: en todas las fotos del evento estoy en el escalón más bajo mirando a la ilegítima ganadora. Las exhibiciones más bizarras eran las de danza moderna, donde bailábamos "Flans", un ridículo trío femenino mexicano. Nos disfrazábamos con jopos y vestidos. La disputa era ver quien iba al medio, todas queríamos ser la del medio, porque la del medio era la que llevaba los pasos y marcaba los tiempos.


(Flans)

Las clases de patinaje artístico sobre ruedas eran geniales. Recuerdo a Tati, la profesora que nos aconsejaba a todas las niñas no tomar agua durante el entrenamiento ya que eso favorecía la celulitis. Tati era muy gráfica porque nos mostraba su culo para que viéramos su celulitis.
A los diez años de edad, mamá y papá volvieron a Buenos Aires. Apenas llegados mamá me anotó en un club para que siga entrenando gimnasia. Entrené e incluso me compré una de esas mallas de lycra de competición tan lindas con bandas al costado. Finalmente llegó el día de la competencia. Yo era una de las que representaba a mi club y me tocó competir en el club de Ferro. Vino toda la familia. El encuentro era uno de esos tipo "Flashdance" en las que el jurado sacaba esos paneles grandes con números enormes para marcar el puntaje de cada participante. Empecé mal, la música comenzó después que yo, o yo comencé antes que sonara la música, así que detuvieron todo y tuve que empezar nuevamente. Al concluir, el jurado levantó sus paneles con los números más bajos que se podían tener y todos los sueños gimnastas se desvanecieron al volver al banco de espera.
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13 comentarios:

r dijo...

Nadia es el diminutivo de Nadezhda que significa esperanza. La unica Nadia que conosco es mi heroina, quiero ser como ella cuando tenga 25. Si la gimnasta 10.00 y esta son excelentes todas deven serlo.
No dije nada e hice gala de mi irracionalidad. Que lindo.

yo(ri)

Simpática y puntual dijo...

cuando yo tenga 25 quiero ser como una de las Flans, lo cual es imposible porque los 25 los pasé hace rato.

Simpática y puntual dijo...

aunque no descarto la posibilidad de peinarme los jopos de nuevo.

Hipotermia dijo...

competencia mata gimnasta

Qué horror llamarse flans, es como que le falta una e entre la n y la s.
Y esas que hacían? cantaban y bailaban? Además de peinar jopo.

Buenísimo lo de la celulitis, yo tomo agua mientras entreno (¿?), voy a dejar de hacerlo, y me voy a acordar de tu profesora de patinaje. Qué vocación docente!

Y ahora, SyP, sólo yoga?

Simpática y puntual dijo...

nooooooooooo, yoga no, no es mi estilo.
ahora sólo gimnasio y clases de tango.

Hipotermia dijo...

uy, yo no la pego !!
acordarse de mi cuando vayan a la milonga con betina.
yo puedo invitar a una clase de trapecio.

ojo rojo postió muy lindo.

ojo rojo dijo...

pero qué jurado desalmado!
ojo al jopo, syp, yo que usted
descartaría esa posibilidad. Intuyo que no va con su onda.

Yo no tomo agua mientras hago gimansia y nada ha cambiado para bien.

Qué lindo patinar!. De la infancia, es una de las actividades que recuerdo con más placer. En cualquier momento me calzo unos roller...

Tommy Barban dijo...

SyP, después de ese final en Ferro me parece que sos el líbero que la selección anda buscando para reemplazar a Ayala.

Anónimo dijo...

llamarse "flan" es pedirle por favor a la celulitis que te visite, por eso mi deporte son los dardos y el bowling

Simpática y puntual dijo...

ojo rojo lo del agua realmente no sé si Tati sabía de lo que hablaba.

tommy tommy, si te cuento lo mal que jugaba en la primaria al handball y el gol encontra que metí te daría más letra y todo.

rosa maría, tengo una duda, el constante agacharse y pararse en el bowling para arrojar la bola... ¿no atrae la celulitis? ojo, eh.

Rogelio Ferreyra dijo...

El flic es una voltereta por el aire, con apoyo de manos, como yo lo practicaba hasta que me hice viejo, ayer.
Por todo lo demas, y textos anteriores, uno se hace una imagen fisica de vos: robusta, casi a lo Crumb pero un poco mas fina, muy flexible y buena bailarina, aunque mas no sea por decantación del entrenamiento (y también por el tipo de fotos que elegis para ilustrar: significan una ambición).

Lo anterior puede sonar un poco freak: lo que quiero decir es que el texto realmente evoca experiencias.
Mi Esmeralda, por ejemplo, fueron tres chinitos (Hugo, Paco y Luis, los llamo ahora), que a mis ocho años me estiraron los aductores de tal manera que tenia que girar la cabeza para mirar un pie u otro, segun cual quisiera ver.
También grité, claro.

Y lo mejor del texto, en total, es ese sabor que deja a que valorás a la gimnasta que no fuiste sin que te pese, como cerrando cuentas con ella y quedando en paz.

Salud.


Eternos PS:

... y Nadia es esa cosita que a veces todavia me arranca un lagrimón, de cuando las gimnastas eran bailarinas que buscaban una performance bella, y no depósitos de hormonas masculinas que busca sumar un cuarto de giro más.

... y los otros comments son un mundo aparte, pero... considerá de vuelta lo del yoga, por favor: me intriga ver qué te hace pensar o sentir un asana bien hecho... el dia que te parezca tomar clases de gimnasia conciente, hablemos.

Simpática y puntual dijo...

uau! volvió rogelio.
el flic flac que me enseñaron era el que venías corriendo de frente y pegabas un salto y girabas sobre vos mismo, tipo clavado de natación, y caías en los pies.
qué cosa los compañeritos de entrenamiento, se ponían medio perversos doblando gente.
gracias por el comentario sobre el relato, gusta evocar.

Anónimo dijo...

Probé con la barra, las vigas de todo tipo, el flic flac, los aros, las cintas y nada. Era malísima! Y la penitencia de mi profesora era mandarme contra la pared a hacer la vertical, cosa que odiaba. Los que amaban a Nadia eran mis viejos. Conmigo se quedaron con las ganas.