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Aunque si nos une el amor y no el espanto, en torno a mi familia hay un tema en particular que nos mantiene emparentados; las escatologías de la perra Manuela. Asi se inició el intercambio de mensajes de texto por celular entre mi madre y yo, hace unos dias (puede parecer un chat, no lo fue):
Syp: Manu caca
Madre: Manu celo!!!
Syp: Si?. ¡Qué tenga hijitos!
Madre: ¿Quien los cuida?
Syp: ¡Manu!
Syp: Ya está en edad de merecer...
Madre: Ese no es el punto
Syp: Mamá no podemos negarle ser mamá a la perra sólo porque los perros no pueden ocuparse de sus cachorros hasta los 21 años.
Madre: Hija, no estamos hablando de vos y ya sabés, soy muy castradora...
Syp: Pensemos en Manu, no en nosotras
Madre: Pensemos en Manu y que te ocupás vos
Syp: ¿De qué?, ¿de ubicar a todos los cachorritos?
Madre: No. De darles la teta
Syp: Seguro va alcanzar para todos, pero no me va la zoofilia.
Madre: Y limpiar la caca y dormirlos de noche.
Madre: Moi non plus
Syp: Bueno, pero vos comprás los pañales
Madre: Ok.
Madre: ¿Comemos a la noche?
Syp: Sí
3 comentarios:
sublime nena!
"Todas las familias son psicóticas". Creo que ese era el título de la novela de Coupland.
Mi madre me comentó dias después, que mientras mantenía ese "diálogo" via txt conmigo, estaba discutiendo con el peluquero porque le cortó mal el pelo. Lo más lindo de todo, es que ella es psicóloga, y yo me analizo hace años.
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