domingo, 21 de enero de 2007

Se pregna (¿preña?) de sentido la ciudad

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¿No ocurre que cuando conocés a alguien que te gusta, la ciudad se llena de signos, como alertándote de su existencia constantemente?.

Digo, como cuando él francés me cuenta que vivió cuatro años en Japón, y me narra todo lo que le gustó, cómo aprendió el idioma (para leer un diario japonés se necesitan al menos 2.000 ideogramas, me comentó el muchacho), que puso un restaurante de comida japonesa en el sur de Francia, y me cuenta las características de los telos nipones, etcétera, etcétera, etcétera, y caigo en la cuenta durante los sucesivos dias, que Buenos Aires se pobló de pedacitos orientales, como que de golpe me acordé de los directores chinos, coreanos, japoneses (luqui venga en forma horizontal); Johnny To, Ozu, John Woo, porque me los topo muy seguido en I-sat, o se me viene a la mente que yo tengo en algún lugar perdido un librito de aguadas japonesas, y comienzo a notar la cantidad de mujeres orientales que aparecen en la tele.

Y de golpe un amigo me señala que justo atrás de la ventana, que está detrás de mi espalda, hay un cartelito pegado escrito en francés, y que vengo observando que, de nuevo la tele viene pasando varias de Sean Penn, porque -que alarde, pero de verdad verdad- él se le parece mucho mucho.

Me siento aturdida, y encantada a la vez, cuando ocurre ésta lluvia semántica que humedece suavemente la ciudad, llenándola de links a mi nueva conquista, mientras camino Buenos Aires.

PD= Claro que si luego, la relación con el francés fracasa estrepitosamente, y se mete raudamente en el primer vuelo que encuentra, el muy flojito, caigo en la cuenta de que en realidad a mi que carajo me importa que haya puesto un restaurante japonés, si yo no como sushi, y dios mío zafé de ver todos esos bodrios del cine japonés, y mejor aún, también, de los bodriazos franceses y que aburrido todo ese existencialismo barato subtitulado por I-sat, además que carajos con Sean Penn, si se parece en realidad a un extra más de una película americana... Pero todo ésto lo dejamos para otro post, que bien podría llamarse... ¿el ocaso de los signos?, o... los franceses y la concha de su madre...

2 comentarios:

Bola Ocho dijo...

¡Espera un cachito que acá el que decían que tenía un 'aire' (¿acondicionado?) a Sean Penn era yo,eh!

Simpática y puntual dijo...

La naturaleza es sabia y nos provee de miles de reproducciones de sus mejores creaciones, para abastecer a todas las mujeres...