lunes, 22 de enero de 2007

Tet-a-tet

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No vayan a creer que todo es maravilla en el país de Alicia, esa la tetona que calza 120.
Estimadas amigas, enemigas, compañeras, me caés bien pero deja de histeriquear a mi novio, amante, compañero de ocasión (¿o colección?), en fin, mujeres del mundo rasas: no siempre es agradable tener mucho busto. No.
Y no lo digo con ánimos de quejarme, no hay nada que yo trocara de mi cuerpo, porque me gusta así y ya. Tampoco es alarde ni exhibicionismo (sólo el mínimo suficiente como para escribir un blog).
Es simplemente a modo informativo, que escribo este post. Justo es que también sepan los inconvenientes del mundo tetil, y que muchas de nosotras envidiamos sus llanuras por momentos.

En principio, la cuestión pesa. Es real, es físico, la ley de gravedad existe, asi que no solo pesa, sino que también cae. Cerca de la noche los hombros empiezan a doler frente a las tiritas esforzadas, casi exhaustas, del sotén. No sólo eso, sino que también, a varias nos causa una leve encorvadura producto de la carga y la timidez.
Si alguien nota que una mujer se saca el corpiño a escondidas en un bar, es porque realmente no se aguanta ni un minuto más.
Dormir boca abajo durante el período es imposible, doloroso, molesto. Y menos que te quieran saludar a las muchachas. Esos dias ellas deben estar intactas.
Buscar ropa que te quede es una odisea. De verdad que lo es; casi no hay talles, ni cortes, al menos en éste pais, que entren o queden bien. Es una frustración no usar esa prenda que te encanta tanto del negocio que ya pasaste cinco veces, y te la probaste dos sin éxito. Las bikinis son lo peor que nos hace el verano, yo no me quejo del calor, me quejo de las bikinis. Todavia nadie se avivó o parece no interesarle el mercado de las tetonas. Es irrisoria la cantidad de tela que le ponen a esos triangulitos cuando lo que tenés que cubrir es generoso.
La ropa interior o soutiens más bonitos, no los fabrican para nosotras. Debemos conformarnos con los que son enormes, tal cual los de la abuela. Madeinform, Triumph (y sí que le hace honor el nombre a la marca cuando se trata del arte de sostener), Warners. Alguna vez algún novio te dice, como al pasar, cuando por vez primera ve el corpiño que usás "parece el de una señora gorda alemana". Y chicas, eso no es un piropo (y no deja dudas de que he tenido relaciones amorosas disfuncionales).
Algún muchacho te invita a una fiesta y te dice que igual se queda tranquilo porque vos llevás los globos, y luego de que éste y otros chistes del estilo se repitan una y otra vez, desearías mandar tus tetas a la fiesta, y quedarte vos en casa, tirada en el sillón, mirando un documental de E! Entertainment Television acerca de los 2 kilogramos de teta que se agregó Pamela Anderson el último verano, pensando lo extraño que es el mundo.
Caminar frente a una obra en construcción mientras hacen choriceada es altamanete peligroso, rídiculo o humillante.
Entrar a un negocio de ropa, que te atienda una vendedora espigada, chata, flaca y finita, y te diga "ay que suerte que tenés" mientras trae una a una las 15 remeritas que te vas probando porque ninguna quedaaaaaaaaaa.

Podría seguir enumerando los inconvenientes sobre la convivencia de las tetas y las portantes, pero creo que ya tenemos un amplio panorama del asunto. Interesante sería encontrar una situación intermedia entre tenerlas grandes o pequeñas, si uno pudiese negociar con la naturaleza. De todas formas ideé un mecanismo, esperando que alguien me compre los derechos de ésta hermosa idea de diseño:

Yo creo que el mejor sistema seria venir de fábrica con un switch que diga: "Modo tetón/ Modo espigado", y tener dias tetones y dias elegantemente chatos. Poder elegir: cuando tenés un almuerzo de laburo, vas switch-on modo cható elegante, y si sabés que te vas a cruzar con un ex no tan ex, vas con el switch del modo tetón al mango.

Todo en su justa medida diría alguien, todo en su justo momento, diría yo.

5 comentarios:

El Mate Tuerto dijo...

Dicen que la medida adecuada es la de un puño, pero eso es una estupidez. No solo porque no todo puño es del mismo tamaño, sino porque hay que tomar en consideración las preferencias de los usuarios del servicio, entre los cuáles figura, en primer lugar, la prestataria del mismo. Usted, por caso.
Si bien me conduelo de su afección, todavía recuerdo mi pesar al enterme que una novia que tenía, a pesar de ostentar un busto para nada despreciable, se había sometido a cirugía para remover algunos centímetros de más que dificultaban su vida. No se puede conformar a todos.

Simpática y puntual dijo...

Qué manera elegante de decir sus preferencias. De todas formas, en mi caso, ese pesar hubiera sido ahorrado; me da nostalgia que se vaya algo de mi.

Bola Ocho dijo...

Y le dije: "Si vos te operás las tetas, yo me operó las manos."

TVgirl dijo...

yo que vivo en la tierra donde las Pamelas son reinas (y que ademas tengo mi buen par) te digo: si vivieras allá sentirías EXACTAMENTE lo opuesto. la gran mayoria de la ropa la hacen para nosotras (y no las chatas) y en una reunion de trabajo, tenerlas siempre da mejores resultados.

en fin... tener lo que tenemos, simpatica, es un regalo del cielo y todos los dias se lo agradezco al señor (o a mis padres, mejor dicho). pero en la argentina tenerlas, a veces, es un problema... concuerdo completamente.

Simpática y puntual dijo...

tv girl: o me mudo al pais de las maravillas, o me envias un container lleno de corpiños y ropa...